viernes, 29 de mayo de 2020

"Deicidio"

A mi amigo Víctor Cruz Asencio

Sabía que era un sueño, aunque no podía recordar nada previo ni cómo se había dormido. (La memoria es fugaz en la eternidad, en la luxaeterna) - pensó.

Las calles definitivamente eran conocidas, al menos por medio de internet o por la televisión había visto algún lugar ligeramente similar. Una niña muy delgada, clavó sus pequeños ojos verdes con extraños rasgos asiáticos en él, se le acercó lentamente con la suavidad de las hojas del otoño y le regaló una pequeña xilografía de lo que parecía ser una flor de loto. La pequeña no mencionó ninguna palabra, pero una octogenaria regordeta que le metió cuatro dulces a la boca, si lo hizo… refiriéndose a una deidad con un larguísimo nombre del que solo entendió dos palabras  “Purna” y “Sherpa”.

Sentado en una esquina muy colorida, estaba un anciano con espesa barba, piel de cobre y también de mirada esmeralda y en efecto; nepalí hasta las vísceras. No supo en qué momento se sentó junto a él y en qué términos comenzó la conversación. Seguramente, hablaron de todo un poco y mucho de nada, antes de las preguntas y respuestas obligatorias...

-¿Estoy soñando?

-¡Definitivamente, tú no estás soñando!

-¿Cómo es posible pueda entender tu idioma?

-¡Precisamente por eso, mandé a mi madre para que llamara tu atención con la flor de loto y a mi hija con sus dulces!

- ¿Qué?, ¡Será al revés, señor!

-¡Por aquí, somos atemporales!... Morimos todos los días y todos los días nacemos de nuevo. No nos importa el orden del tiempo ni la luz de la memoria en la eternidad... 

-¡Un momento!... ¿Lees mi pensamiento o qué?, no entiendo lo que pasa…

-¡Nosotros tampoco! – respondió el viejo-  "mientras le mutilaba la garganta con sus fieras uñas..."
Por eso estamos soñando contigo “……………... Purna Sherpa”