¿Por qué no sueño con damas de compañía,
que finjan cariño y me susurren baladas de The Moody Blues al oído?
¿Dónde encontraré a la diosa ciega que le
preste más atención a la mierda de perro que a mis poemas?
¿En qué lejana costa se quedó dormido el
faro que guiaba los besos podridos que me daban las estrellas?
¿Me volví añejo-poeta y por eso me ignora
la luna?
¿Cuántos versos rotos tiene la soledad con
que me hiere la noche?
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