Apócrifas letras
corren por las venas del
poeta
versos que mueren
despiertan del sueño
inexistente
de la metáfora no soñada
Lágrimas suicidas
saltan al vacío
indescifrable de un suspiro
Soledad de cigarrillos
apagados
de norte sin gélidas
sonrisas
de sur sin vuelta atrás
opaca el arcoíris del amor
decadente
Una despedida
dibuja crueles epitafios
en el horizonte
más allá del planeta de la
culpa
Entre laberintos y
obituarios
la sombra del viento
atenaza el dolor y la
ausencia
Tumbas sin gloria
y lápidas de olvido
serán el justo
reconocimiento
del poeta que marchó al
ocaso de cualquier comienzo.
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